La escuela, debe propiciar un nuevo
espacio de enseñanza y apropiación de los medios de información y comunicación,
con una perspectiva crítica,
participativa, que involucre las dinámicas locales, desde una propuesta de
formación ciudadana.
Donde se promueva la autoorgnización,
el trabajo colaborativo, la articulación de redes e innovación de programas
incluyentes, que permitan superar las barreras técnicas para el uso de las TICs
y se propicie la integración de las prácticas comunicaionales,
entre los diferentes grupos de la ciudad como tal. El desarrollo entonces, requiere un
redireccionamiento desde lo local y un nuevo modelo de mediación.
La formación ciudadana, debe ser
pensada de una manera distinta a la que históricamente nos han acostumbrado a
seguir, dejando de lado los interese individualistas, la transmisión de
información, la representación en los estamentos del gobierno escolar, como lo
afirma Carlos Valderrama:
“ Una mirada desde la comunicación- educación
nos puede ayudar a comprender que la comunicación es mucho más que transmisión
de información y se convierte en uno de los elementos fundamentales en la
formación del sujeto, que la participación pública es mucho más que la
presencia en ciertos espacios y que la formación del sujeto político no se resuelve
enteramente con algunas cátedras de cívica o ética sino que es asunto cotidiano
de todas las interacciones que se desarrollan en la escuela y en el aula de
clase” ( Valderrama, 2007:45).
De esta forma, el ejercicio de los derechos y deberes de los
niños, niñas y jóvenes, empezarían a tener el sentido que se requiere en la construcción de una nueva concepción
de ciudadanía, que involucre el aprovechamiento de las NTCIs, la verdadera
democracia participativa, que permita potenciar las aptitudes y saberes de sus
habitantes.
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